Indignación en cierta parte de la población, causó el derribe de el Majestuoso Pino que se encontraba en el atrio de la Iglesia de la Santa Cruz de Chavaxtla.
El ejemplar existía desde cuando el Párroco de la comunidad era el Padre: Gerardo Fusco Mengliola, quién edifico en ese lugar el templo.
La justificación de los encargados de la parroquia quiénes lo derribaron, fue que el árbol tiraba mucha basura y una vez derribado, se dieron cuenta que la parte de arriba del árbol ya estaba empezando a podrirse y que esto sería un riesgo para los cientos de fieles que cada Domingo asisten a misa, sin contar a los niños del area que jugaban bajo él.
Entre sin son peras o son manzanas, el sentimiento de nostalgia nos embarga al ver hecho trozos un hermoso árbol que fue testigo de generaciones y un icono del centro de la localidad, además de que su esplendor, causaba mucho asombro en todos los visitantes de otros lugares que venían a la Comunidad Chavaxtleca.
Desde este medio, lamentamos que la decisión de talarlo haya sido tan arbitraria, ya que ese árbol constituía al patrimonio de la comunidad y para derribarse tenía que haberse consultado al Pueblo y aún más, porque de no haberse comprobado el riesgo que hoy ya conocemos y que ellos ya "justificaron", hubiera constituído a un delito ante la PROFEPA (Procuraduría Federal de protección al Ambiente)
Entre Barrancas - Periódico Digital
El ejemplar existía desde cuando el Párroco de la comunidad era el Padre: Gerardo Fusco Mengliola, quién edifico en ese lugar el templo.
La justificación de los encargados de la parroquia quiénes lo derribaron, fue que el árbol tiraba mucha basura y una vez derribado, se dieron cuenta que la parte de arriba del árbol ya estaba empezando a podrirse y que esto sería un riesgo para los cientos de fieles que cada Domingo asisten a misa, sin contar a los niños del area que jugaban bajo él.
Entre sin son peras o son manzanas, el sentimiento de nostalgia nos embarga al ver hecho trozos un hermoso árbol que fue testigo de generaciones y un icono del centro de la localidad, además de que su esplendor, causaba mucho asombro en todos los visitantes de otros lugares que venían a la Comunidad Chavaxtleca.
Desde este medio, lamentamos que la decisión de talarlo haya sido tan arbitraria, ya que ese árbol constituía al patrimonio de la comunidad y para derribarse tenía que haberse consultado al Pueblo y aún más, porque de no haberse comprobado el riesgo que hoy ya conocemos y que ellos ya "justificaron", hubiera constituído a un delito ante la PROFEPA (Procuraduría Federal de protección al Ambiente)
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